lunes, 29 de agosto de 2005

Fin del verano



Bien, ya han terminado las vacaciones, casi todo vuelve a estar en su sitio, los políticos vuelven a tener a su publico sentado en sus localidades viendo la función y nosotros, el publico, tenemos que seguir el papel que se nos ha asignado de meros espectadores de una función a la que, la mayoría, no quisiéramos asistir.

Veremos que nos depara el futuro.
Momentáneamente, unas reflexiones.

Los accidentes de trafico no han disminuido a pesar de todas las medidas prohibicionistas, amenazantes y coercitivas que nuestras autoridades nos han hecho tomar. Ahora tal vez deberían ser ellos los que hicieran algo. Podrían empezar por analizar donde y porque ha ocurrido cada uno de los accidentes y de todos aquellos de los que ha sido culpable el estado de la carretera o su señalización, que sin duda son muchos, tomar las medidas para corregirlo, por lo menos con esto tendremos la sensación de que están haciendo algo positivo, porque hasta ahora solo han prohibido, en lugar de poner soluciones serias. De momento, y ya que tienen tanto en cuenta la experiencia francesa, podrían racionaliza la señalización de las carreteras tal como lo tienen en el País vecino.

También me gustaría que alguien me explicara el motivo por el que, teniendo en cuenta que la instalación de los radares para el control de la velocidad, es una medida preventiva y no recaudatoria (según dicen), porque se ha prohibido llevar detectores de radar en el coche, y en cambio no se ha prohibido llevar alcoholímetros personales para poder detectar cada uno el nivel de alcohol en sangre.

Seguramente se plantearon hacerlo pero no se atrevieron. Hubiera sido demasiado descarado.

He tenido la oportunidad de viajar en tren desde Barcelona a Madrid y regreso, y todos aquellos que ponen fecha para la llevada del TGV a Barcelona, no saben lo que dicen, o nos quieren tomar el pelo. El trozo de Barcelona a LLeida es tercermundista, pero en el resto hasta Madrid, teniendo en cuenta lo que se mueve el tren, no seria yo quien lo hiciera correr a mas de los 200 que alcanza ahora en muchos tramos, y no hay que olvidar que todavía haya que agujerear todo Barcelona. Casi nada. Por lo demás el servicio es como el de las compañías aéreas de antes, es decir, unas veces es regular y otras es malo, como nos pasó a la ida y al regreso respectivamente.

Y al regreso y para combinarse con lo malo del servicio nos toco, al otro lado del pasillo, a una señora de unos 120 kilos que como aperitivo se tomo un huevo duro que se saco del monedero, dio muy buena cuenta de la comida, incluido el desastroso "ABADEJO con salsa de ahumados y arroz oriental" y como sobrepostre se coloco entre pecho y espalda una bolsa "king size" de pipas, suerte que no tiro las cascaras al suelo, luego y aprovechando el retraso en el servicio de la merienda, aprovechó el tiempo para sacar una madalena de la bolsa y llevarsela al buche con mucha delicadeza. Pudimos tambien enterarnos todos los del vagón que se había descuidado la faja en el tren de Mérida a Madrid

Por cierto, excepto en Catalunya, Renfe tiene rotulados los letreros de sus estaciones en castellano y en ingles.

Madrid sigue siendo, aunque a los catalanes nos pese, una ciudad preciosa, y sus alrededores están creciendo de forma tremenda. Ya se que tienen la ventaja que el terreno es llano, pero es que es espectacular. Posiblemente es en lo único en lo que todos los políticos de Castilla están de acuerdo. HAY QUE CRECER, hay que hacer cosas. Mientras nosotros, y sobe todo nuestros político, seguimos mirandonos el ombligo y creyendonos el centro del universo.

Al llegar a casa he visto que seguimos como a finales del mes pasado, siguen discutiendo sobre los mismos puntos del Estatut.

Ya hemos perdido el tren de la industria que se ha ido trasladando al centro, pronto perderemos los otros trenes, y aunque el TGV llegara a Barcelona, otros se irán para no volver, como las golondrinas.

Y si no, al tiempo.