Que te despierten de repente, cuando llevas una hora y media durmiendo ya es duro, pero que la causa sea un disparo de la alarma de tu casa, aun lo es mas, sobre todo si la campana de la alarma esta a cuatro metros de tu cama y aunque tengas una pared de por medio.
Esto es lo que nos ha pasado esta noche pasada, a la 1,30 horas se ha disparado la alarma de casa, la hemos apagado y de inmediato ha sonado el teléfono, llamaban de la central de alarmas para saber si ocurría algo.
Como no sabía si efectivamente había entrado alguien en casa o no les he pedido que avisaran a
los Mossos, que han llegado en 10 minutos y han procedido a inspeccionar toda la casa, sin encontrar nada fuera de lo normal. Falsa alarma. Mejor.
Les he dado las gracias y he intentado obsequiarles con una botella de vino a cada uno, eran dos, que era lo único que se me ha ocurrido en aquel momento, pero no ha habido forma de que lo aceptaran, me han dicho que yo ya les pagaba con mis impuestos y que para eso estaban y que si volvía a ocurrir algo fuera de lo normal que les llamara.
Escribo esto porque tenía que contarle a alguien lo mal que lo he pasado, pero también para dejar constancia del comportamiento y actuación de los Mossos, a los que, debo confesar, no tenía ninguna simpatía por la prepotencia con que los había visto actuar en otras ocasiones.
Quede, pues, constancia de mi agradecimiento y cambio de opinión.